¿Por qué no adelgazas aunque hagas dieta? Estos son los tipos de hambre que te lo impiden según Boticaria García
Boticaria García explica los 5 tipos de hambre que evitan adelgazar correctamente
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El hambre es una sensación que nos indica que necesitamos comer para obtener energía y nutrientes. Sin embargo, no siempre el hambre responde a una necesidad real, sino que puede estar influenciada por factores externos o internos que nos hacen comer más de lo que deberíamos. Esto puede dificultar nuestro propósito de perder peso, sobre todo si seguimos una dieta restrictiva que nos genera ansiedad y frustración.
Para entender mejor por qué nos cuesta tanto controlar el hambre, es importante conocer los diferentes tipos de hambre que existen y cómo afectan a nuestro organismo. Así lo ha explicado la farmacéutica y divulgadora científica especializada en nutrición, Boticaria García, en una entrevista en RTVE Cataluña. Según García, hay cinco tipos de hambre que pueden sabotear nuestra dieta y que debemos aprender a identificar y manejar.
El hambre emocional
El hambre emocional es el que surge cuando estamos estresados, tristes, aburridos o enfadados. En estas situaciones, nuestro cuerpo produce cortisol, una hormona que nos hace tener más antojo de azúcar y que estimula la secreción de grelina, la hormona que nos da hambre. Además, el adipocito, la célula que almacena la grasa y que nos avisa de que estamos saciados, no funciona correctamente y no envía la señal de saciedad. Por eso, cuando tenemos hambre emocional, tendemos a comer alimentos dulces y calóricos que nos dan una sensación de placer momentáneo, pero que no nos sacian y que nos hacen engordar.
El hambre ambiental
El hambre ambiental es el que se produce cuando vemos, olemos o escuchamos algo que nos resulta apetitoso, como un anuncio de comida, una pastelería o el sonido de una bolsa de patatas. Este tipo de hambre no tiene que ver con una necesidad fisiológica, sino con un estímulo externo que nos provoca deseo de comer algo en concreto. El hambre ambiental puede ser muy difícil de resistir, sobre todo si estamos expuestos a una gran variedad de opciones tentadoras y poco saludables.
El hambre Dragon Khan
El hambre Dragon Khan es el que se parece a una montaña rusa, con subidas y bajadas bruscas. Este tipo de hambre se debe a que cuando comemos azúcar, nuestro nivel de insulina se dispara y luego se desploma, lo que hace que nuestro cuerpo quiera recuperar ese estado y nos pida comer más azúcar. Este ciclo se repite una y otra vez, creando una adicción al azúcar que nos hace comer más de lo que necesitamos y que nos impide regular el apetito.
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El hambre hormonal
El hambre hormonal es el que está relacionado con el funcionamiento de las hormonas que regulan el metabolismo y el apetito. Cuando estas hormonas están alteradas, por ejemplo, por un problema de tiroides, una menopausia o un embarazo, el hambre se puede ver afectado. Tal y como cuenta Boticaria García a RTVE, uno de los casos más comunes es el del adipocito dañado, que no envía correctamente la señal de saciedad y nos hace comer más de lo que nuestro cuerpo necesita.
El hambre habitual
El hambre habitual es el que sentimos cuando llega la hora de comer, según nuestro horario y costumbres. Este tipo de hambre es el más normal y saludable, ya que responde a un ritmo biológico y a una necesidad energética. Sin embargo, el hambre habitual también puede verse alterado por factores como el sueño, el ejercicio o el clima, que pueden hacer que tengamos más o menos hambre de lo habitual.
Cómo evitar los picos de hambre
Para evitar los picos de hambre que nos hacen comer más de lo que deberíamos y que dificultan nuestra pérdida de peso, es importante seguir una serie de consejos que nos ayuden a regular el apetito y a elegir alimentos que nos sacien y nos nutran. Estos son algunos de ellos:
- Beber agua. A veces confundimos el hambre con la sed, y beber agua puede ayudarnos a calmar el apetito y a hidratarnos. Además, el agua ayuda a eliminar toxinas y a mejorar el tránsito intestinal.
- Comer alimentos ricos en fibra. La fibra es un componente que nos ayuda a sentirnos saciados, ya que se hincha en el estómago y retrasa el vaciado gástrico. Algunos alimentos ricos en fibra son las frutas, las verduras, los cereales integrales, las legumbres y los frutos secos.
- Comer alimentos ricos en proteína. La proteína es otro nutriente que nos ayuda a controlar el hambre, ya que aumenta la sensación de saciedad y favorece la formación de masa muscular. Algunos alimentos ricos en proteína son la carne, el pescado, los huevos, los lácteos y el tofu.
- Evitar los alimentos procesados y azucarados. Estos alimentos son los que más nos provocan picos de hambre, ya que tienen un alto índice glucémico y nos hacen subir y bajar el nivel de azúcar en sangre. Además, son poco nutritivos y contienen muchas calorías vacías. Algunos ejemplos son los refrescos, los dulces, las galletas, los cereales de desayuno y los snacks salados.
- Hacer ejercicio. El ejercicio físico nos ayuda a quemar calorías, a mejorar el metabolismo y a liberar endorfinas, que son las hormonas del bienestar. El ejercicio también nos ayuda a reducir el estrés y el hambre emocional, y a mejorar nuestra autoestima y nuestra salud.
- Dormir bien. El sueño es fundamental para regular el apetito y el peso, ya que cuando dormimos mal, se alteran las hormonas que controlan el hambre y la saciedad, como la leptina y la grelina. Además, cuando dormimos poco, tendemos a estar más cansados y a buscar alimentos que nos den energía rápida, como el azúcar. Lo ideal es dormir entre 7 y 8 horas al día, y hacerlo en un ambiente oscuro, silencioso y cómodo.
- Consultar con un especialista. Si tenemos problemas para controlar el hambre y perder peso, lo mejor es acudir a un profesional de la salud que nos pueda hacer un estudio personalizado y recomendarnos una dieta adecuada a nuestras necesidades y objetivos. No debemos seguir dietas milagro ni productos que prometen resultados rápidos y sin esfuerzo, ya que pueden ser perjudiciales para nuestra salud y no nos enseñan a comer bien.
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